
Hoy, aunque mi experiencia es turca, mi corazón es almuñequero, cristiano y de la Virgen de la Esperanza.
Estoy acordándome de la visita mañanera al atrio de la Iglesia a ver las flores; de la media negra sin preparar a ultima hora. De la cola de niñas en mi casa esperando ser coronadas por la mantilla; del pinchazo de la horquilla, la elección de los pendientes.... Y dar brillo a la medalla que lleva tus sentimientos y el color de tu Virgen (para mi la mía es la más guapa).
Tendré que esperar al año próximo con impaciencia, al olor de palmas y olivos que tanto he añorado y acompañar a la Niña Bonita, como en los anteriores 15 años, más o menos. Asimismo para ver esa novedad de los Penitentes que, por primera vez, van a realzar nuestra procesión y a los que se incorpora mi padre, que vuelve vestirse despues de muchos años.
¡Viva la Virgen de la Esperenza y sus guap@s mantillas y horquilleros¡.
Hoy, con vosotros y desde Estambul.
LUCIA
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