No sé que me ha pasado, que ya no
pienso en el porvenir. No es que me de exactamente igual, sino que estoy harta
de pensar en el mañana, en el futuro; en lo que seré o no seré, porque creo que
lo que serás o no serás, simplemente está siendo y no nos damos cuenta,
importancia cero. Y está pasando ahora mismo.
Seré tal, me dedicaré a tal,
viviré aquí, viviré allá, me casaré con, no me casaré… ¡Da igual!
Será esta generación, la mía, que
estamos perdidos entre Másteres, becas, algunos parados, otros sin sueldo,
trabajando de milagro… resulta que nuestro presente y futuro laboral es tan
incierto, que soñamos sin parar todo aquello que será mejor en el futuro. Es
esta incertidumbre que nos come.
Igual esto un psicólogo lo coge y
te lo diagnostica, pero ahora mismo, el futuro, me da exactamente igual. Eso
sí, me motiva mucho mi sueño laboral, y en ello estamos, que todo gire en torno
a ello, pero sin menospreciar el presente.
Así lo veo, y lo siento ahora.
Tenemos proyectos de futuro todo
el rato, pero ¡que estamos en el presente! Y que esto que estamos viviendo
ahora, es el futuro que quisimos idealizar hace 10 años, y fíjate que ideal... y es que las cosas no
llegan solas, y que tampoco hay ningún manual que explique cómo tienen que
llegar.
Por lo menos ayer, unas chicas
guapísimas de 30 años, me dijeron que ellas empezaron a trabajar a los 26, y
algunas 27, ¡qué maravilla! Y en lo que les gusta.
Era una época en la que podías
elegir cuándo, cómo y dónde, ponerte a trabajar. Ahora, ¡Se te vaya a ocurrir
rechazar un trabajo! O abandonarlo… ¡Madre mía! ¿¡Estas loco o qué?! Tienes que
seguir ahí, es un trabajo y cómo está la cosa ahora…
Entonces claro, ¿qué podemos
elegir? Nada, absolutamente nada. Da gracias a que estas trabajando, y si no,
trata de estar muy, pero que muy positivo.
¡Gracias doy yo desde aquí por mi
trabajo!
No sé si esto era lo que mi
cabecita veía en su futuro diez años atrás, no lo sé. Lo que sé, es que voy a
disfrutar de este presente, de lo que tengo, de las oportunidades, y no voy a
decir no a nada, si ello está, mínimamente, dentro de mis posibilidades.
Evidentemente pasamos el día
pintando el futuro. Cierro mis ojos, y veo perfectamente el cuadro idealizado
de Lucía dentro de 5 años. ¡Ya llegará! Ahora, esto es lo que hay.
El mañana es tan incierto cómo el
“dentro de 5 años”. Solo tenemos nuestro
hoy, y sobre todo el AHORA. Exprimiendo
el ahora, conseguiremos lo que queremos en el futuro, y si no lo hacemos, ¡qué
más da! ¡Si hemos exprimido al máximo la
vida! No esperemos a que lleguen las cosas, porque mientras esperas, estas
agotando tu tiempo y la vida se está escapando. Adelántate, ve tú a por ello.
El arriesgar día a día, el
pasarlo bien, el no decir no a nada por falta de tiempo, por desgana o
cansancio, por no querer gastar dinero, teniéndolo eso sí…
Somos mucho de, “no voy a hacer
esto porque ¡qué locura!, y porque patatín y, porque patatán”.Y al final mil
porqués que no nos llevan a nada.
Ese, “ya lo haré otro día”, ¿otro
día?, ¿cuándo? Hoy es Hoy y ahora, es tu único momento.
Que difícil es todo, o que
sencillo.
Por cierto, un consejo que me
viene a la cabeza y que un día me dieron a mí: pasa las fechas importantes con
tus padres, a ellos les quedan menos Nocheviejas que a ti; ya tendrás tiempo de
pasarlas con tus amigos.
Así que nada, yo ya lo he dicho antes y lo
repito ahora. Todo lo que esté dentro de mi mano y mi alcance, sea locura o no,
lo voy a hacer. Ya está bien de pensar en el futuro, para que luego llegue y
sea como este presente.
¡Anda! A disfrutar que ha salido
el Sol. Me voy a la calle.