martes, 12 de enero de 2010

Dedicado al enemigo camaleón



Antes de que se me olvide voy a detallaros un poco de lo último que se me pasa por la cabeza.

He de decir que en todo este tiempo, desde agosto que me fui a Dinamarca, he aprendido muchísimas cosas buenísimas y enriquecedoras. Me he cruzado con gente increíble, he viajado, pasado mucho frío, he cogido la bici hasta la saciedad y por obligación, a veces mojándome sin parar, parece duro y lo es, pero las condiciones atmosféricas adversas aquí se convierten en normalidad, pues si no, no pisas la calle.

Tengo en el recuerdo de estos meses a mucha gente con la que he vivido mi experiencia, ellos han sido los protagonistas de mi felicidad y seguirán actuando en mi corazón, este año espero que suponga subir un peldaño importante y determinante en la carrera de mi vida.

No se si os pasa, pero a mi siempre me sorprende que cuando dejo un lugar, en este caso una ciudad en la que hacía mi vida y en la cual tenía mi entorno hace menos de una semana, ahora se ha convertido en humo y se esta esfumando, para ir dejando poco a poco menos detalles en una cabeza que ahora tengo repleta de ellos.

Tenía muchas ganas de llegar, de encontrarme con la gente que quiero y que me quiere, que esta aquí y pora ahí... que a gusto se esta en casa, en la tierra de uno, con los suyos, los de siempre.

Me gustaría contaros una cosilla y es que no sabía que me iban a salir enemigos y amigos disimulados , que es mucho peor, aunque ahora que lo pienso, todo el mundo los tiene, es algo que está ahí, forma parte de la vida misma, supongo.

Lo único, que yo nunca había probado ese plato de tan mal gusto que ahora me trago por obligación. Frío, frío como la mismísima venganza. Algo nuevo, mal rollo porque sí ¡ que aburrido! Pero me hace gracia, hay que reírse porque existe el tiempo, que pone a cada uno en su sitio.

¡Gracias! Al enemigo me refiero, como a una persona que por algún motivo, realmente no definible, igual envidia, simple maldad , falta de autoestima o protagonismo, se dedica a intentar hacerte la vida un poquito peor porque molas o porque no molas, a hacerte daño en la medida de lo posible, a darte la patadita por debajo de la mesa y es que por esa extraña razón tu no le gustas, no te quiere tener cerca, pero aprende de ti, sí, lo hace, por aquella paradójica forma de admirar a aquel que envidias.

Lo comparo con algo así como: `Pa gustos los colores´. ¡Si es que a todo el mundo no se puede gustar! Oye, e incluso hay personas que ni siquiera los diferencian bien ni teniéndolos delante y mira que el rojo es fuerte, pues a veces pasa por verde…

El enemigo es un como camaleón que allá donde se posa cambia de color, espero que llegue al rojo y se delate.


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