He tardado mucho, bueno ya como casi siempre, en renovar el blog, pero llegar a España de nuevo e instalarse, me ha llevado algún tiempo, de hecho , aún estoy en ello.
En los primeros días que pasé en Madrid la sensación que tuve fue de un descoloque magníficamente raro, con la alegría de volver a mi tierra y la pena de dejar la que ha sido de adopción, con sus gentes, sus costumbres y sus historias. Eso me tuvo atontada.
Todo el mundo me preguntaba que tal, y no encontraba palabras para definir lo IMPRESIONANTE que había sido la experiencia que se acababa de esfumar de mi entorno.
Ahora gente nueva, gente nueva ¡que es la de siempre! dejando atrás, en Denmark, lo que ha sido durante un año sumergida allí, mi gente de siempre; que son todas esas personas nuevas que abandono con mi super experiencia.
Muchas de esas personas nuevas se han convertido en gente para siempre, eso ya lo sé.
Adiós y mucho gusto Dinamarca.
Hola, ¿que tal? Encantada de conocerte de nuevo vida en España.
Y así de radical es, la vida Erasmus es una pompa con un oxigeno especial y una energía diferente, que en cuanto te introduces en ella, cosa que a veces cuesta, no te crees que ha llegado el momento de salir. Y cuando no lo has digerido, explota y ¡ZÁS! Terminó, allí se queda.
Muy divertido, muy enriquecedor y muy inolvidable.
Lo mejor de todo es que la ciudad no importa, que no se asuste nadie que se vaya a una ciudad enana, chunga o desconocida, como en su momento fue Odense, todo se transforma y cambia.
La experiencia no la hace la ciudad, sino las personas que se encuentran en ella con las mismas ganas de disfrutar que tú.
Tengo dos equipos en este Mundial: España y Dinamarca.
¿Por qué?
Porque un buen trozo de mi corazón ahora quedó rendido a los pies de esta bonita Nación.
Jeje, cursilada final.
A ver entre uno y otro que disgusto o que alegría, ( la alegría, que está pendiente un hilo) me llevo.
Gracias por todo a todos.
Ahora en Almuñecar, todo sobre ruedas...
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